Invisibles. Artículo de opinión
En este nuevo artículo hablamos de la ludopatía y su relación con la salud mental. Escrito por Ana Sánchez
LA SALUD MENTAL —lo escribo en mayúsculas para que, a golpe vista, quede claro en todo momento de qué estoy hablando— tiene una gran importancia en nuestra sociedad que, por motivos diferentes y múltiples, se ve cada vez más en peligro de extinción.
En LA SALUD MENTAL desembocan trastornos como: obsesivo-compulsivo, de pánico, de alimentación, estrés post-traumático, psicótico, de adiciones, etc… y a este último, más concretamente a las adicciones al juego (ludopatía) le vamos a dedicar las líneas de este artículo de opinión desde un humilde intento de hacer un poco de pedagogía y de concienciación social.
A modo de resumen, diremos que la adicción al juego es un problema no solo del ser humano que la sufre en primera persona, sino que se acaba convirtiendo en un peso insoportable para la familia y para el círculo social más cercano. Acaban destruyendo pilares fundaméntales en los que sustentan sus vidas y acaban en el caos más absoluto que, con un tratamiento adecuado, estoy segura que saldrán adelante.
La ludopatía, según el DSM-5 (el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), se contempla como: «El juego patológico persistente y recurrente que provoca un deterioro o malestar clínico significativo». En muchas culturas el juego forma parte de las celebraciones y del ocio sin que derive en mayores consecuencias. El verdadero problema se genera cuando ya no se practica con un fin ameno y se apuesta de manera patológica y compulsiva.
Los hombres tienen mayor tendencia a comenzar a jugar en edades tempranas y a ser un problema prolongado en el tiempo. Las mujeres tienen mayor tendencia a comenzar a jugar a edades más adultas. Desarrollan el trastorno en un marco temporal más corto y buscan tratamiento antes. Sólo el 10% de la población, que sufre esta problemática, busca ayuda.
Las consecuencias del juego patológico pueden afectar de manera adversa ciertas áreas como la psicosocial y la salud física y mental. Las personas con este trastorno pueden poner en riesgo o, incluso, perder importantes relaciones familiares y sociales. Esto se produce por las mentiras repetidas para ocultar la magnitud de la implicación en el juego. Las responsabilidades laborales o académicas, se pueden ver igualmente afectadas; son frecuentes un pobre rendimiento y el absentismo, ya que los individuos pueden jugar durante horas o estar preocupados por las consecuencias adversas que esta problemática genera. Las personas con juego patológico tienen una salud general bastante deteriorada y suelen hacer bastante uso de los servicios atención sanitaria.
A raíz de investigar sobre la adicción al juego, entre varias informaciones que me han sorprendido bastante, he
descubierto una que me ha llamado exponencialmente la atención. Dentro del Ministerio de Consumo existe el
apartado del DGOJ (Dirección General de Ordenación al Juego). Es el organismo encargado de proteger a todos los ciudadanos en el desarrollo de las apuestas Online y casas de juego en España. Para saber los datos exactos que se mueven en España con los distintos operadores de juegos de azar, se utiliza el GGR (Gross Gaming Revenue) que es el indicador de la cantidad obtenida por las distintas vías de recaudación.
Según el Ministerio de Consumo, en el tercer trimestre del año 2023, el cómputo ha sido de 312,61 millones de euros, lo que supone un aumento del 55,06% respecto al año pasado. El desglose es el siguiente: 133,31 millones de euros en las casas de Apuestas (42,64%) incrementándose en un 118,90% respecto al mismo trimestre del año pasado. 3,54 millones de euros en el Bingo (1,13%) con un aumento del 5,51% respecto al mismo trimestre del año pasado. 149,86 millones de euros en Casinos (47,94%) con un incremento en la tasa de 4,53% respecto al mismo trimestre de 2022. 0,14% millones de euros en Concursos que disminuye en este trimestre en un 41,50%. 25,76 millones de euros en el Póker (8,24%) con un aumento del 27,57% respecto al mismo trimestre del año anterior.
Entre las informaciones que he ido recopilando sobre el tema de la ludopatía, he descubierto que existe una cosa —por lo menos aquí en España—, que se llama la RGIAJ (Registro General de Interdicción de Acceso al Juego). Es un registro que depende del Ministerio del Interior y que los afectados/as se pueden inscribir voluntariamente para que, en un momento de debilidad, les prohíban la participación en juegos de azar dentro de las casas de apuestas. En caso de que una casa de apuestas vulnere este derecho y haga caso omiso en la inscripción de un individuo en este registro y se detectase que le han permitido apostar, las multas, en la Comunidad Valencia, ascienden a 6.001 euros y se considera una infracción muy grave.
Cuando leemos todos estos datos y hablamos de las distintas problemáticas relacionadas con LA SALUD MENTAL, lo último que se nos ocurriría pensar es en la probabilidad de que una de estas patologías las sufrieran nuestros niños o adolescentes. Pues lamentablemente, la probabilidad va en aumento. Aproveché una de mis charlas en un instituto para preguntar a los chavales, directamente, su opinión sobre este tema. Sentí verdadero terror cuando comencé a oír hablar a los protagonistas, directos e indirectos, de esta pandemia. Tienen asumido que es algo cotidiano y forma parte de su interacción social —estoy hablando de niños, porque con 14 años siguen siendo niños—. Comentarios como: «casi todos mis amigos apuestan» o «apostar en partidos de fútbol es una apuesta segura», «para ganar sólo tienes que estudiar los baremos y estadísticas» —este comentario me lo hizo un chaval que suspendía constantemente las matemáticas.
Según Juan Lamas, director técnico de Fejar (Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados): «Es relevante también el aumento de consultas de familias con hijos menores de edad en relación con los juegos de azar y apuestas que, a pesar de que legalmente no puedan apostar hasta cumplir los 18 años, consiguen jugar y, en muchos casos, convertirse en presas de los trastornos de la ludopatía». (Palabras extraídas de una entrevista para el diario ABC)
Y todo esto no es más que la punta del iceberg de un problema silencioso e invisible que condena, cada vez, a
más jóvenes.
Fuentes: DSM-5, Ministerio de Consumo, Ministerio del Interior. Ministerio de Hacienda, Diario ABC.